viernes, 19 de octubre de 2007

¡Qué gusto poner la tele!


Crítica de Federico Marín Bellón (ABC)


Hacía muchos estrenos que la ficción española no se desmarcaba del tedio y la grosería con una serie tan bien empaquetada como «Desaparecida». La han festejado ya la mayoría de los que cobran por ver la tele, pero todos tenemos derecho a aprovechar la oportunidad, cada vez menos frecuente, de escribir bien sobre algo nuestro. No «semos» mala gente, lo que ocurre es que nos dan demasiados disgustos.
Bastan cinco planos para descubrir que los tiros de esta nueva producción de Miguel Ángel Bernardeau y el grupo Ganga (los de «Cuéntame», sin ir más lejos) van por otros derroteros. Los guionistas se han conjurado para que el espectador se pregunte constantemente qué ocurrirá a continuación, sin adivinarlo casi nunca. Los actores no se regodean de sí mismos, sino que trabajan para sus personajes. El trío protagonista no puede estar más espléndido, empeñado cada uno en demostrar que su estilo es el único posible. En el apartado técnico, nadie trata de imitar la televisión del imperio, pese a que el género se prestaba al ridículo de las explosiones y las prisas. No faltan defectos que pulir y quizá sobre algún minuto (siempre sobran). Incluso parece preferible que la chica siga sin aparecer, por más que sufran sus padres, pero qué gusto encender la tele y encontrarte algo así. Ocurre los miércoles.


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