martes, 25 de diciembre de 2007

¿Queda algo por decir de Los Serrano?

¿Queda algo por decir de 'Los Serrano'?
Critica de Alberto Rey en Asesino en Serie
(Blogs de elmundo.es)

Cuando un sólo fotograma ya da pereza, aguantar hora y media es todo un triunfo.

Debo de ser el único que aún no ha comentado el regreso a la parrilla de 'Los Serrano'. Es posible que a estas alturas (¡pero si no han pasado ni dos días!) ya no quede nada que decir al respecto. La opinión que más importa, la del público, no ha podido ser más favorable: 'Los Serrano' lideró indiscutiblemente las audiencias del miércoles. Era de esperar. Y da que pensar.

Me senté ante la pantalla e intenté (una vez más) aproximarme al fenómeno 'Los Serrano', con ojos nuevos y la mente limpia de prejuicios. Algo debe de tener el agua para que la bendigan, algo los sándwiches de Rodilla para que nos gusten y algo 'Los Serrano' para que nos interese tanto.

Imagino que la familia Serrano gusta porque, en gran medida, permite a la gente identificarse con ellos. Son normales, mediocres (en el buen sentido), medias estadísticas. Son 'del montón', en definitiva. Así como otras familias famosas (reales o de ficción, eso da lo mismo) nos producen envidia (Los Colby, Onassis, Kennedy) o miedo (Los Soprano, Corleone, Pajares), los Serrano nos atontan y anestesian con sus problemáticas igualmente 'del montón'. 'Los Serrano' es una serie del montón que trata de gente del montón con problemas del montón y consigue unas audiencias no precisamente del montón. Con su abierta invitación a no pensar, sus argumentos vistos mil veces y sus tramas de culebrón para todos los públicos, 'Los Serrano' es el sedante visual-cerebral definitivo.

¿Sólo a mí me parece aburrida y previsible? ¿Sólo a mí me parece que esa trama ya la he visto antes, ese chiste ya lo he oído antes y a ese Resines también? ¿Acaso soy el único al que esta serie no le sugiere nada, ni bueno ni, malo, simplemente nada?

Si 'Los Serrano' fuese un producto lácteo, sería uno de esos pseudoyogures de pseudofruta que no necesitan refrigeración. Un producto falso y artificial a tope, pero cómodo, vistoso y apto para el consumo de niños, adultos, ancianos y animales de compañía. 'Los Serrano' no es para pensar: es pienso.

'Los Serrano' es un compendio de tramas-anzuelo facilonas y trilladas, guiones recalentados y personajes-cliché. Hasta la canción de los títulos de crédito es (por mucho que Mikel Erentxun se haga el longuis) una descarada copia de aquella de los Lightning Seeds. El reparto, encabezado por el cargante Antonio Resines (en su registro clásico de farfullas y peroratas, imitación constante y barata de los grandes Saza y López Vázquez), es un compendio de estrellitas de la tele, actores juveniles deprimentes y una Gutiérrez-Caba que, como buena diva mayor, aporta su (en teoría) toque de distinción al producto.

La cuota erótico-festiva la ponen, por el lado masculino, Alejo Sauras (o, en su defecto, cualquiera que levante pasiones entre colegialas, peluqueros y aficionados al Superpop) y, por el femenino, las populares starlettes Jaidy Mitchel (¿desde cuándo es actriz esta señora?) y Natalia Verbeke, esa chica de la que nunca conseguimos librarnos. Poco ayudan ellas, con sus interpretaciones de función escolar de primaria (mohín tras mohín y vuelta a empezar), a tapar las tremendas carencias de guión y realización. Eso por no hablar de otros aspectos técnicos, como la iluminación, el sonido o los decorados. Todas las series españolas transcurren en el mismo sitio, en el mismo decorado de colorines, con mamparas transparentes si es una comisaría, dibujos en las paredes si es un colegio y un jamón colgado si es un bar.

El primer episodio de una nueva temporada de una serie debería ser (y en el caso de las series buenas, es) especialmente bueno. Deberían empezar a verse en él las nuevas tramas, los personajes recién incorporados y el trabajo de unos guionistas que lo han dado todo para llegar al guión perfecto. En 'Los Serrano', nada de esto pasa. Confieso que ayer me daba un poco de miedo llegar a engancharme a una serie que dura más de hora y media, que siempre empieza tarde y que, en principio, no me interesa lo más mínimo. Me daba miedo engancharme, caer en la trampa, por obvia que ésta fuese. No ha sido así. No me interesan ni los personajes, ni los argumentos ni nada de 'Los Serrano'. No puedo con su cursilería, con la mediocridad de lo que cuenta (y de cómo lo cuenta), no puedo con el humor de partida de mus de Antonio Molero y, sobre todo, no puedo con Antonio Resines haciendo de Antonio Resines, por centésima vez.

1 comentario:

LaCamisetaVerde dijo...

Sin estar al 100% de acuerdo con esta crítica, me ha encantado su forma de expresarse, y sobretodo la forma de redacción. Un 10!

La perla está en "Si 'Los Serrano' fuese un producto lácteo, sería uno de esos pseudoyogures de pseudofruta que no necesitan refrigeración". xD


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